Inundación y políticas públicas

La ausencia de políticas públicas sostenidas han caracterizado históricamente a las diferentes gestiones que estuvieron a cargo de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, en esta nota recorremos algunos de los problemas que trajo y trae esa falta de planificación.

Mientras las personas afectadas por el temporal y las inundaciones de los días anteriores, continúan siendo asistidas en los centros dispuestos para tales fines por parte de los gobiernos de la provincia y de la Ciudad de Buenos Aires, comienza el debate acerca del lugar que ocupan en la agenda de políticas públicas aquellas destinadas a la planificación urbana, así como la necesidad de revisión de los lineamientos llevados a cabo durante los años de privatización en la década de 1990.

No se trata de “la mala suerte con los temporales” que puedan tener distintas gestiones gubernamentales como señaló Miguel Del Sel, en referencia a Mauricio Macri y las inundaciones en la Ciudad de Buenos Aires, sino de décadas de ausencia de gestión estatal en materia de políticas de planificación. Planificación que fue dejada a empresas privadas que decidieron cómo construir la ciudad, qué construir, a qué altura y con cuánta densidad de gente, siempre respondiendo a sus propios beneficios empresariales.

“La ciudad de Buenos Aires está toda hecha por privados. El Estado siempre estuvo ausente”

Éste fue el análisis de Guillermo Boffelli, arquitecto y ex funcionario de la Municipalidad de Quilmes, en diálogo con Marcha. Por otro lado señaló que no solo se trata de la ausencia de planificación sino también de problemas vinculados a la corrupción en las diferentes esferas del Estado. “Históricamente se han robado dinero de las obras públicas”, dijo Boffelli. “Por ejemplo en la autopista Buenos Aires-La Plata se robaron un puente” explicó el arquitecto y agregó: “Unieron dos arroyos con un canal antes de que cruce la autopista para hacer un puente menos. Venía un arroyo de City Bell y uno de Villa Elisa, armaron un canal para pasar todo abajo de un solo puente”.

La ausencia de planificación estatal se manifiesta no sólo mediante la falta de obras, sino también por medio de las obras que se realizan y se han realizado a lo largo de décadas. Así, por ejemplo, está el problema del arroyo Maldonado que atraviesa la capital por debajo de la Avenida Juan B. Justo, un arroyo que no respira y no se evapora, y que en situaciones de tormenta y temporal se agrava su situación al no haber nadie que lo limpie de basura.

Uno de los principales problemas que afronta la ciudad en materia de planeamiento urbano es la ausencia de contemplación de la topografía urbana, que si bien al recorrer la ciudad parece totalmente plana no lo es en absoluto, solo que la forma en la cual la ciudad ha sido construida impide percibir la diferencia topográfica. “Si vos sacas todo y quedara campo como era originalmente vas a encontrar los arroyos que ahora están enterrados, tapados por cemento. Están debajo de las avenidas, de las casas. También vas a encontrar lomadas”, señaló Boffelli.

Lo mismo sucede en el conurbano bonaerense. “Los ramales ferroviarios van saliendo como si fuesen una mano abierta. La palma de la mano es la capital y cada uno de los dedos es una zona alta” explicó Guillermo Boffelli. El problema es que “en el medio hay zonas bajas que son cuencas hídricas. Las ciudades por dónde va la vía crecieron. Lo que quedó en el medio era campo hace 50 años pero nadie planificó nada y se urbanizo al lado de los arroyos”.

Junto a esta cuestión está el hecho de no haber respetado la cuenca hídrica, aunque en este caso la solución sí estaría al alcance del cualquier gestión gubernamental. “Esa cuenca natural es baja, entonces si ahora pones cientos o miles de millones de dólares Macri, o el que estuvo o el que venga, lo va a poder solucionar” sostuvo Boffelli, y continuó: “En cada manzana haces un reservorio de agua y después la bombeas. Con millones de dólares si querés vos lográs que no se inunde”.

Al respecto el ex funcionario de la Municipalidad de Quilmes puso un ejemplo: “Cuando vos salís de Rosario para Córdoba y pasas por Roldán ves el arroyo Ludueña y a lo lejos un terraplén gigante con un dique. Eso se llama reservorio de agua que se hace donde nace el río”. Esto sirve para evitar los desbordes porque “cuando llueve en todos los ríos y arroyos se da una creciente. Esa creciente, con un reservorio de agua se puede contener, hacer un dique y formar una laguna. Después de la lluvia largas el agua” evitando la inundación.

Pero el problema en el área metropolitana es que hay diferentes jurisdicciones y diferentes responsables políticos. “Para los arroyos de Quilmes tenés que ir a hacer el reservorio de agua a Florencio Varela. Hay otro intendente, es otro municipio” explicó Boffelli. “Entonces para que no se te inunde Quilmes vos te tenés que ir a Florencio Varela a decirle al intendente ‘escúcheme, yo tengo un problema. Necesitamos hacer acá un dique y que usted nos dé 20 hectáreas para hacer un reservorio cuando llueve” ejemplificó el arquitecto y remató contundente: “tenés que trabajar con una planificación a largo plazo que el conurbano nunca la tuvo. Acá no hay ninguna planificación urbana y nunca la hubo”.
Fuente: Periódico Marcha
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