El asfalto

Es factible combinar en el análisis la catástrofe de La Plata con la de Capital. En ambas mediaron advertencias previas de organizaciones sociales, vecinales, ecologistas, de profesionales de la construcción. Asfaltar sin ton ni son, taponar eventuales vías de desagüe, achicar los espacios verdes son vicios comunes en la capital de la nación y de su provincia más grande. 
Por Mario Wainfeld
Cierto es que nadie es portador de la verdad plena y que las pretensiones de esos sectores de la sociedad civil no son idénticas a las de los gobernantes. A menudo, tampoco concuerdan con las de muchos ciudadanos, de variadas extracciones sociales. 
Los más pudientes que quieren edificios gigantescos, muy demandantes de infraestructura. Y también los más humildes, que se asientan en terrenos “bajos” sencillamente porque son los más despoblados y accesibles. Para unos es la prepotencia del dinero, para otros el imperio de la necesidad. En la provincia hay muchos barrios o asentamientos relativamente nuevos en sitios de cotas bajas, que no fueron afectados en los últimos años porque no fueron de sequía pero sí (en promedio) de lluvias manejables. He ahí un riesgo virtual, cercano.

No deliran quienes exigen precauciones, fijación de reglas, distancia entre el agua y lo edificado. Un grado de planificación urbana, algo más que crecimiento a la que te criaste, que primó (allende las notables diferencias de época) en los ’90 o en el siglo XXI. Sobran ejemplos comparativos, aun en grandes ciudades. En el casco urbano de París no proliferan hipermercados como los hay en Buenos Aires. En países hermanos, emergentes, democracias en construcción como la nuestra, existen experiencias de presupuesto participativo bastantes inusuales en la Argentina. Esas campanas doblan por la mayoría de los partidos, aun por el sistema político en general.

En Capital y provincia se vienen subestimando los cambios climáticos. El jefe de Gobierno Mauricio Macri es un maestro en reseñar records. Pero hete aquí que si se baten marcas cada trimestre habría que cambiar el concepto de record. Las lluvias intensas se reiteran. En 2009, hubo una sequía “histórica” a nivel nacional. Las inundaciones históricas llegaron poco después. El tornado histórico porteño cayó en 2012... ¿Cuánto tardará la próxima marca insuperada en Tolosa, Ringuelet o Saavedra?
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