No me canso de explicar que en la guerra entre el gobierno nacional y el grupo Clarín, la primera víctima es laverdad. Hace rato –desde la presentación del proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales– que el intercambio de golpes poco tiene que ver con el periodismo aunque este sea el vehículo.
por Reynaldo Sietecase
En Argentina dejó de importar que algo sea cierto o esté debidamente chequeado. Lo que de verdad importa es si afecta al otro: "al enemigo". La capacidad de daño, por seguir utilizando términos bélicos, es lo que determina la relevancia de una noticia. Esa lógica contamina todos los mensajes y abre planteos insólitos.
Por ejemplo: en las redes sociales se califica la calidad de una investigación o de una nota, incluso suveracidad, según quién emitió la información. Si afecta al gobierno, aquellos que lo defienden la consideran a priori inválida o malintencionada. Si el material periodístico toca intereses de grupos empresariosconcentrados o grandes medios, aquellos que critican al oficialismo la descartan sin siquiera analizarla. Todo está dado vuelta. No tiene ninguna relevancia quién pone en escena una información –más allá del logro periodístico que eso conlleva–, lo trascendente es si esa noticia es fidedigna y luego, en el caso de que existan delitos, si aquellos que los cometen pueden ser castigados.
El programa Periodismo Para Todos (PPT), que conduce Jorge Lanata por canal 13, reveló el domingo pasado que el empresario Lázaro Báez, muy cercano a los Kirchner, logró mandar fuera del país 55 millones de eurosde manera ilegal. En el informe emitido, que incluyó cámaras ocultas, se expuso que Néstor Kirchner estaba al tanto de esas operaciones y que era "socio de Báez en todo". Quién coordinaba la salida del dinero era –según el informe– Leonardo Fariña, marido de la modelo Karina Jelinek. Se habla de cifras millonarias que eran transferidas en vuelos privados. "Yo manejé la fortuna de un tipo de 5.000 millones de dólares". El proceso delavado y fuga de plata, en opinión de Fariña, tiene que ver con fondos que pertenecen al Estado. "Yo armé la red de lavado", aseguró. También dijo que ésa era la fuente de financiación de las campañas políticas.
Hay un dato incontrastable: Lázaro Baéz tuvo un crecimiento patrimonial impresionante en los últimos años. Deempleado bancario pasó a empresario de la construcción, con hoteles, medios y empresas de petróleo. Muchos de sus negocios se facilitaron por los contactos que tenía con el Estado.
Al igual que Báez, el marido de Jelinek no era nadie. De oscuro contador pasó a millonario después de conocer a Báez. El argumento de Fariña para recurrir al periodismo fue surrealista: "quiero blanquear que tengo plata, que soy capaz". Justo él, una suerte de rey del "dinero negro". Fariña dijo además que sus tareas son realizadas actualmente por un contador empleado de Báez, llamado Daniel Pérez Gadín. Pareciera que esamarginación es la que lo llevó a hablar.
En el programa también se mostró el testimonio del ex dueño de SGI, Federico Elaskar, quien confirmó que en un semestre del 2011, Fariña "envió decenas de millones de dólares y euros al extranjero a sociedades offshore que estaban vinculadas a Lázaro Báez y a sus hijos, Leandro y Martín". También dijo que uno de los nexos de esas operaciones fue Fabián Rossi, el esposo de la actriz Iliana Calabró. Los videos y testimonios fueron acompañados de documentación de operaciones en paraísos fiscales.
En los últimos años Báez pudo superar sin problemas varias denuncias judiciales por evasión impositiva y utilización de facturas truchas. Canceló la acción penal pagando la deuda impositiva. La causa en la que se investigaba a Báez, Cristóbal López y al propio Leonardo Fariña por enriquecimiento ilícito fue archivada. Desde el lunes pasado hay una nueva denuncia presentada por Elisa Carrió que recayó en el juzgado de Sebastián Casanello. La dirigente de la Coalición Cívica sindica a Baéz como "el cajero del gobierno".
A pesar de lo impactante del informe de Lanata, el correlato judicial no será tan fulminante como cualquier ciudadano podría imaginar. Penalistas duchos en estas lides ya se apuraron a señalar que las cámaras ocultas no muestran el hecho, sino los dichos de personas que explican la comisión de varios delitos (lavado de dinero, evasión e enriquecimiento ilícito, entre otros). Con todo, el material periodístico emitido en PPT es un aporte indudable. Ahora jueces y fiscales tienen la obligación moral de encarar una investigación seria e independiente sobre el patrimonio y los negocios de Lázaro Baéz. Hasta ahora no hubo ninguna. Eso es lo importante.
El programa Periodismo Para Todos (PPT), que conduce Jorge Lanata por canal 13, reveló el domingo pasado que el empresario Lázaro Báez, muy cercano a los Kirchner, logró mandar fuera del país 55 millones de eurosde manera ilegal. En el informe emitido, que incluyó cámaras ocultas, se expuso que Néstor Kirchner estaba al tanto de esas operaciones y que era "socio de Báez en todo". Quién coordinaba la salida del dinero era –según el informe– Leonardo Fariña, marido de la modelo Karina Jelinek. Se habla de cifras millonarias que eran transferidas en vuelos privados. "Yo manejé la fortuna de un tipo de 5.000 millones de dólares". El proceso delavado y fuga de plata, en opinión de Fariña, tiene que ver con fondos que pertenecen al Estado. "Yo armé la red de lavado", aseguró. También dijo que ésa era la fuente de financiación de las campañas políticas.
Hay un dato incontrastable: Lázaro Baéz tuvo un crecimiento patrimonial impresionante en los últimos años. Deempleado bancario pasó a empresario de la construcción, con hoteles, medios y empresas de petróleo. Muchos de sus negocios se facilitaron por los contactos que tenía con el Estado.
Al igual que Báez, el marido de Jelinek no era nadie. De oscuro contador pasó a millonario después de conocer a Báez. El argumento de Fariña para recurrir al periodismo fue surrealista: "quiero blanquear que tengo plata, que soy capaz". Justo él, una suerte de rey del "dinero negro". Fariña dijo además que sus tareas son realizadas actualmente por un contador empleado de Báez, llamado Daniel Pérez Gadín. Pareciera que esamarginación es la que lo llevó a hablar.
En el programa también se mostró el testimonio del ex dueño de SGI, Federico Elaskar, quien confirmó que en un semestre del 2011, Fariña "envió decenas de millones de dólares y euros al extranjero a sociedades offshore que estaban vinculadas a Lázaro Báez y a sus hijos, Leandro y Martín". También dijo que uno de los nexos de esas operaciones fue Fabián Rossi, el esposo de la actriz Iliana Calabró. Los videos y testimonios fueron acompañados de documentación de operaciones en paraísos fiscales.
En los últimos años Báez pudo superar sin problemas varias denuncias judiciales por evasión impositiva y utilización de facturas truchas. Canceló la acción penal pagando la deuda impositiva. La causa en la que se investigaba a Báez, Cristóbal López y al propio Leonardo Fariña por enriquecimiento ilícito fue archivada. Desde el lunes pasado hay una nueva denuncia presentada por Elisa Carrió que recayó en el juzgado de Sebastián Casanello. La dirigente de la Coalición Cívica sindica a Baéz como "el cajero del gobierno".
A pesar de lo impactante del informe de Lanata, el correlato judicial no será tan fulminante como cualquier ciudadano podría imaginar. Penalistas duchos en estas lides ya se apuraron a señalar que las cámaras ocultas no muestran el hecho, sino los dichos de personas que explican la comisión de varios delitos (lavado de dinero, evasión e enriquecimiento ilícito, entre otros). Con todo, el material periodístico emitido en PPT es un aporte indudable. Ahora jueces y fiscales tienen la obligación moral de encarar una investigación seria e independiente sobre el patrimonio y los negocios de Lázaro Baéz. Hasta ahora no hubo ninguna. Eso es lo importante.
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