Ante el segundo aniversario de la muerte de Néstor Kirchner, el gobierno nacional decidió el bajo perfil. Desactivó la idea de un acto masivo en Plaza de Mayo.
por Reynaldo SietecaseNo generar provocaciones de cara a la marcha opositora que se prepara para el 8 de noviembre es la explicación que deslizan en off, fuentes del gobierno. Habrá sí pequeños actos en plazas y barrios.
Esta mañana, en un bar del Abasto, fui testigo de un diálogo entre dos amigos. Mi mesa estaba detrás de la que ocupaban ellos. Parecía empleados o estudiantes universitarios. Tal vez ambas cosas. Los dos con claras simpatías con el gobierno. A continuación lo que recuerdo de esa conversación:
-Si Néstor viviera todo estaría mejor. Moyano seguiría apoyando al gobierno, no habría tanto problema con la economía y Clarín tendría que prepararse para la guerra, pero esta vez en serio.
-Eso es una boludez. Es lo mismo que los que dicen que Cristina se cortó sola y que Néstor es muy distinto a ella. ¿Te acordás? Primero decían que ella lo manejaba y después que él estaba detrás de todas sus decisiones.
-¿Cómo no me voy a acordar? Cuando murió, Rosendo Fraga escribió una nota donde le decía a la Presi lo que tenía que hacer. Todos pensaban que se venían cambios en el gobierno.
-Querían una presidenta más tranqui. Y no pasó nada de eso.
-Bueno, es que los dos eran una sociedad política. La mina se quedó sin su esposo pero también sin principal operador político.(…)
Es imposible saber qué hubiese ocurrido en estos dos años con Néstor Kirchner vivo y en el poder. Si unorecupera la nota a la que hacían referencia los estudiantes (tal vez de periodismo?) –como lo hago en mi libro Kamikazes- es más fácil saber las cosas que no ocurrieron:
Rosendo Fraga escribió en La Nación: "Ella ahora puede adoptar algunas decisiones que se reclaman, como tomar distancia de Hugo Moyano y terminar con su influencia. Quizás será lo primero que el mundo político mirará para saber si está dispuesta a cambiar. […] Si ella insiste en la línea fijada por su marido, no le será fácil gobernar. Ella no es la misma persona y además ese estilo estaba claramente en crisis. […] Podría conjeturarse que las figuras del poder más vinculadas a Néstor Kirchner ahora pueden tener menos poder o bien podrían ser apartadas. Por ejemplo, Cristina tiene la oportunidad de reemplazar a funcionarios cuestionados, como Guillermo Moreno. […]"
El director del Centro de Estudios para la Nueva Mayoría finalizaba diciendo: "La continuidad institucional no está en riesgo en la Argentina, pero puede estarlo la gobernabilidad en el tramo final del mandato de Cristina, si ella no aprovecha lo que posiblemente sea su oportunidad histórica: dejar de ser la presidentade una facción, para pasar a serlo de todos los argentinos".
Fraga reconocía que Kirchner había sido la principal figura política de la década, como Alfonsín en los ochenta y Menem en los noventa. En esto coinciden, en general, adherentes y críticos del kirchnerismo. El deceso del ex presidente fue comparado además con la muerte de Perón, y por tanto, la conclusión era evidente: las esposas de ambos se parecen, ergo, Cristina Kichner debía cambiar antes de que fuera demasiado tarde.
El único vaticinio de Fraga que se cumplió fue la ruptura con Hugo Moyano. Imposible saber si las diferencias entre el líder de los camioneros y el gobierno se habrían zanjado de otra manera con Néstor Kirchner. Moyano está seguro de que sí: "Con Néstor nos entendíamos bien", repite.
En el gobierno rechazan de plano esa afirmación.
Vuelvo al libro Kamikazes: "Es sabido que la muerte no mejora a nadie, pero permite evaluar su vida con menos pasión. A Néstor Kirchner se le debe que se haya vuelto a hablar de política en la Argentina. También la participación de miles de jóvenes en la militancia partidaria cuando diez años antes buena parte de la juventud —y del resto de la sociedad— repudiaba la política y a los políticos. Desde su irrupción en la escena nacional nada fue igual, todo fue puesto en cuestión: la economía, el rol del Estado, los derechos humanos, el sindicalismo, los organismos internacionales, la renta agraria, el rol de los intelectuales, el periodismo, la propiedad de los medios de comunicación".
"Algunas discusiones se volvieron dolorosas. En especial a partir de 2008, durante el segundo año de la gestión de Cristina Fernández, tras el conflicto desatado por el intento del gobierno de aplicar retenciones móviles a las exportaciones agrarias. Los discursos se tornaron virulentos y las descalificaciones reemplazaron a los argumentos. Amigos y familiares enfrentados dejaron de hablarse. Hubo escraches a periodistas y operaciones de prensa. Desde el primer gobierno de Juan Perón la sociedad no había estado tan dividida a favor o en contra de una gestión. Eso también es parte de su legado".
¿Qué pasaría si Néstor viviera?
por Reynaldo SietecaseNo generar provocaciones de cara a la marcha opositora que se prepara para el 8 de noviembre es la explicación que deslizan en off, fuentes del gobierno. Habrá sí pequeños actos en plazas y barrios.
Esta mañana, en un bar del Abasto, fui testigo de un diálogo entre dos amigos. Mi mesa estaba detrás de la que ocupaban ellos. Parecía empleados o estudiantes universitarios. Tal vez ambas cosas. Los dos con claras simpatías con el gobierno. A continuación lo que recuerdo de esa conversación:
-Si Néstor viviera todo estaría mejor. Moyano seguiría apoyando al gobierno, no habría tanto problema con la economía y Clarín tendría que prepararse para la guerra, pero esta vez en serio.
-Eso es una boludez. Es lo mismo que los que dicen que Cristina se cortó sola y que Néstor es muy distinto a ella. ¿Te acordás? Primero decían que ella lo manejaba y después que él estaba detrás de todas sus decisiones.
-¿Cómo no me voy a acordar? Cuando murió, Rosendo Fraga escribió una nota donde le decía a la Presi lo que tenía que hacer. Todos pensaban que se venían cambios en el gobierno.
-Querían una presidenta más tranqui. Y no pasó nada de eso.
-Bueno, es que los dos eran una sociedad política. La mina se quedó sin su esposo pero también sin principal operador político.(…)
Es imposible saber qué hubiese ocurrido en estos dos años con Néstor Kirchner vivo y en el poder. Si unorecupera la nota a la que hacían referencia los estudiantes (tal vez de periodismo?) –como lo hago en mi libro Kamikazes- es más fácil saber las cosas que no ocurrieron:
Rosendo Fraga escribió en La Nación: "Ella ahora puede adoptar algunas decisiones que se reclaman, como tomar distancia de Hugo Moyano y terminar con su influencia. Quizás será lo primero que el mundo político mirará para saber si está dispuesta a cambiar. […] Si ella insiste en la línea fijada por su marido, no le será fácil gobernar. Ella no es la misma persona y además ese estilo estaba claramente en crisis. […] Podría conjeturarse que las figuras del poder más vinculadas a Néstor Kirchner ahora pueden tener menos poder o bien podrían ser apartadas. Por ejemplo, Cristina tiene la oportunidad de reemplazar a funcionarios cuestionados, como Guillermo Moreno. […]"
El director del Centro de Estudios para la Nueva Mayoría finalizaba diciendo: "La continuidad institucional no está en riesgo en la Argentina, pero puede estarlo la gobernabilidad en el tramo final del mandato de Cristina, si ella no aprovecha lo que posiblemente sea su oportunidad histórica: dejar de ser la presidentade una facción, para pasar a serlo de todos los argentinos".
Fraga reconocía que Kirchner había sido la principal figura política de la década, como Alfonsín en los ochenta y Menem en los noventa. En esto coinciden, en general, adherentes y críticos del kirchnerismo. El deceso del ex presidente fue comparado además con la muerte de Perón, y por tanto, la conclusión era evidente: las esposas de ambos se parecen, ergo, Cristina Kichner debía cambiar antes de que fuera demasiado tarde.
El único vaticinio de Fraga que se cumplió fue la ruptura con Hugo Moyano. Imposible saber si las diferencias entre el líder de los camioneros y el gobierno se habrían zanjado de otra manera con Néstor Kirchner. Moyano está seguro de que sí: "Con Néstor nos entendíamos bien", repite.
En el gobierno rechazan de plano esa afirmación.
Vuelvo al libro Kamikazes: "Es sabido que la muerte no mejora a nadie, pero permite evaluar su vida con menos pasión. A Néstor Kirchner se le debe que se haya vuelto a hablar de política en la Argentina. También la participación de miles de jóvenes en la militancia partidaria cuando diez años antes buena parte de la juventud —y del resto de la sociedad— repudiaba la política y a los políticos. Desde su irrupción en la escena nacional nada fue igual, todo fue puesto en cuestión: la economía, el rol del Estado, los derechos humanos, el sindicalismo, los organismos internacionales, la renta agraria, el rol de los intelectuales, el periodismo, la propiedad de los medios de comunicación".
"Algunas discusiones se volvieron dolorosas. En especial a partir de 2008, durante el segundo año de la gestión de Cristina Fernández, tras el conflicto desatado por el intento del gobierno de aplicar retenciones móviles a las exportaciones agrarias. Los discursos se tornaron virulentos y las descalificaciones reemplazaron a los argumentos. Amigos y familiares enfrentados dejaron de hablarse. Hubo escraches a periodistas y operaciones de prensa. Desde el primer gobierno de Juan Perón la sociedad no había estado tan dividida a favor o en contra de una gestión. Eso también es parte de su legado".
¿Qué pasaría si Néstor viviera?
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