La primera vez de los Pueblos Originarios en TV abierta

Así presentó 678 un debate que se centró fundamentalmente en dos temas: la visita de Félix Díaz al Papa y la representatividad de los Pueblos Originarios, marcando una fuerte dicotomía entre dos sectores indígenas.
Por Sandra Tolosa y Florencia Trentini*. 
En su emisión del 25 de junio, el programa 678 presentó un informe titulado “El sector minoritario de los qom fue recibido por el Papa”, que con un fuerte tono irónico, destacó la contradicción de que el qarashe Félix Díaz visitara al primer mandatario de la Iglesia Católica y puso en cuestión su representatividad.

Para esto se utilizó material editado, donde se lo mostraba vinculado a los medios de comunicación hegemónicos y se tergiversaban sus dichos, mezclándolos con afirmaciones del periodismo de derecha. En contraste, se hizo mención a una serie de puntos de una solicitada publicada por el Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales de Pueblos Originarios (ENOTPO) en Tiempo Argentino, “firmada por la amplísima mayoría de las comunidades originarias” que avanzan “hacia un Estado plurinacional”, integrándose en esa construcción.

Posteriormente se abrió el debate con la presencia de Daniel Fernández, presidente del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y el dirigente mapuche Roberto Ñancucheo, director de la Dirección de Pueblos Originarios y Recursos Naturales de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, referente del ENOTPO y de la Confederación Mapuche de Neuquén.

La participación de Ñancucheo, única voz presentada como “la primera vez que los pueblos originarios hablan en televisión abierta”, se centró en enfatizar que los “otros” referentes indígenas, fundamentalmente Félix Díaz y el Consejo Plurinacional, sólo saben pedir, demandar y reclamar, sin hacerse responsables de construir y proponer. A su entender, cuando estos grupos no consiguieron nada del kirchnerismo buscaron dialogar con otros sectores, llegando así a la entrevista con el Papa, en la que Pérez Esquivel “hizo de Colón”. Frente a esto, el ENOTPO argumenta que el actual Estado no puede dar todo ya que debe ser reconstruido, tarea de la cual han decidido formar parte, sosteniendo su autonomía dentro del marco estatal.

Por su parte, Fernández sostuvo que hubo grandes avances en política indígena logrados por el INAI en los últimos años y se encargó de enumerar, junto con uno de los panelistas, las diversas mejoras llevadas adelante en la provincia de Formosa. Destacó además que el problema en la comunidad La Primavera surge por el reclamo de 700 hectáreas que no están reconocidas en el título comunitario otorgado por la provincia, sino que se reivindican por ancestralidad. Éste es, para Fernández, el eje del conflicto: si se plantease la ancestralidad como criterio, cualquier parte del territorio que alguna vez fuera indígena podría ser reclamado, aún sin ocupación actual, y entonces todo el territorio argentino estaría en discusión. Según el titular del INAI esto, como otros problemas, devienen de “una política internacional que sube el standard del derecho indígena y cuestiona los proyectos nacionales de Latinoamérica”. Éstas “políticas imperiales” estarían generando conflictos sin solución, en tanto se les reconoce a los Pueblos Originarios derechos que a los Estados les resulta imposible cumplir.

Como comentábamos, los dos ejes centrales del debate fueron la visita al Papa y la representatividad de los Pueblos Originarios. Sobre el primero obviamente nadie podría negar las atrocidades cometidas por la Iglesia y la vinculación que tuvo con el genocidio indígena. En este marco, es lógico que se plantee como un error buscar allí la solución a los conflictos territoriales. Sin embargo, lo que no se mencionó en el programa fue la vinculación que la Iglesia tuvo y aún tiene con “el Estado”, ni que este último tampoco ha llevado adelante una política de reconocimiento y reparación a las víctimas del genocidio indígena, sobre el cual se constituyó.

Respecto del problema de la representatividad de los Pueblos Originarios, el planteo de 678fue contraponer, en las figuras de Ñancucheo y de Félix Díaz, a una “mayoría”, de indígenas que buscan participar de la construcción de “un Estado plurinacional” frente a un “sector minoritario” centrado en la mera demanda, utilizado por los medios de comunicación hegemónicos y ahora también por la Iglesia.

No se mencionó que, además de haber sido elegido referente de su comunidad, Félix Díaz ha sido nombrado como uno de los voceros de la Cumbre de Pueblos y Organizaciones Indígenas de Argentina llevada a cabo el mes pasado, por otros Pueblos y organizaciones. Así, la insistencia de remarcar el carácter minoritario de la representatividad de Díaz y los errores político-ideológicos que el encuentro con el Papa estarían en contraposición con las formas de construcción política que mantiene el sector indígena cercano al gobierno nacional. De esta forma no se hizo más que alimentar la clásica lógica dicotómica entre “aliados” y “enemigos”, no muy lejana a aquella clasificación entre “indios salvajes” e “indios amigos”, categorías sociales que sirvieron para justificar la incorporación o exclusión de los Pueblos Originarios durante el proceso de conformación del Estado-nación argentino.

Los argumentos expuestos se centraron fundamentalmente en desprestigiar políticamente la figura de Félix Díaz. El qarashe, al igual que muchas comunidades y organizaciones argumentan que un gobierno que jamás denunció ninguno de los asesinatos de indígenas y campesinos, mientras sigue sosteniendo a gobernadores como Insfrán, Capitanich o Sapag, entre otros y que permite el avance de un modelo extractivo en manos de empresas extranjeras sobre territorios indígenas y campesinos, no puede ir en camino a un verdadero Estado plurinacional. Lo problemático es que esa descalificación pública se haya basado en la comparación con quienes actualmente, en el marco del ENOTPO, han elegido construir política indígena a partir del diálogo con el gobierno nacional. A simple vista esto plantea elecciones políticas, pero genera un problema cuando ciertas luchas se reivindican y acompañan mientras otras se desconocen, invisibilizan o desprestigian.

Lamentablemente el martes en 678, los desalojos, golpes, atropellos y muertes que suceden -como bien saben Fernández y Ñancucheo- en todos los territorios indígenas, y no sólo en la comunidad Potae Napocna Navogoh, fueron silenciados. Otra vez.
*Antropólogas, UBA

Fuente: Periódico Marcha
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