La dependencia de los hidrocarburos debe modificarse, por cuestiones económicas, ambientales y geopolíticas. Las alternativas para ampliar la oferta con energía nuclear, eólica, solar, hidroeléctrica y carbón mineral.
Reducir la dependencia - Por Diego Mansilla *
Estos últimos meses se sucedieron dos inauguraciones de obras de
generación eléctrica que avanzan en la diversificación de la matriz
energética: Atucha II y el Parque Eólico Rawson. Es sabido que casi el
90 por ciento de la energía consumida por año en Argentina se obtiene de
la quema de hidrocarburos, fundamentalmente gas natural.
El fuerte peso
de los combustibles fósiles aumentó desde los noventa, cuando la mayor
demanda energética fue cubierta con la instalación de generadores
térmicos a base de gas natural, al tiempo que se frenaron las obras de
energías alternativas, el plan nuclear y las grandes hidroeléctricas.
Esta fuerte dependencia de los hidrocarburos debe modificarse, por
cuestiones económicas, ambientales y geopolíticas. Fundamentalmente, el
creciente consumo de gas natural se transformó en el principal problema
para el sistema energético nacional, en años de reservas de gas y
petróleo declinantes, con la extracción que continúa cayendo y la
necesidad de realizar importaciones crecientes de gas natural para
evitar problemas de abastecimiento, todo fruto del fracaso de las
políticas neoliberales implementadas en el sector hidrocarburífero.
En realidad, ninguna de las dos obras inauguradas comenzó aún a
funcionar en forma completa. Atucha recién lo hará el año que viene,
mientras que el Parque Eólico apenas instaló poco más de la mitad de sus
generadores.
Aunque estos emprendimientos no solucionarán la gran dependencia de nuestro país a los combustibles fósiles, se muestra la voluntad de avanzar en el reemplazo del petróleo y el gas natural.
Aunque estos emprendimientos no solucionarán la gran dependencia de nuestro país a los combustibles fósiles, se muestra la voluntad de avanzar en el reemplazo del petróleo y el gas natural.
El
Plan Nuclear fue reanudado en 2006, luego de su cancelación en la década
de los noventa. La terminación de Atucha II sería continuada, según el
anuncio oficial, con la construcción de una cuarta central nuclear
nacional y con el proyecto Carem (Central Argentina de Elementos
Modulares) de pequeños reactores.
Por su parte, se iniciaron obras hidroeléctricas largamente
suspendidas y comenzó el desarrollo del resto de las energías renovables
(como la eólica y solar), gracias al Genren. Este programa construirá
en el país cerca de 900 MW de potencia instalada basada en energías
renovables (principalmente eólica). Justamente el Parque Eólico Rawson
pertenece a esta iniciativa del gobierno nacional.
Sin embargo, es
necesario avanzar mucho más en las energías renovables, aumentando la
capacidad instalada de generación y reemplazando en el consumo final al
gas natural y al GLP por electricidad. Pero además se debe hacer crecer
la industria nacional, desarrollando ciencia y tecnología propia en
energías renovables.
En este sentido, la carencia del Parque Eólico Rawson es clara. A
pesar de contar con tecnología suficiente y capacidades para desarrollar
un sector industrial competitivo en energías renovables, el componente
nacional no fue tenido en cuenta en la licitación del programa Genren
realizada por Enarsa. Así es como, mientras existen empresas nacionales
que exportan tecnología eólica y construyen parques en el resto del
mundo, los molinos del Parque Eólico Rawson proceden de Dinamarca.
Hasta
la propia Presidenta reconoció en plena inauguración que estos equipos
podían haberse producido en el país. Para que esto suceda, hubiera sido
necesaria una real política de “compre nacional” desde el mismo sector
público, como tiene por ejemplo Brasil, que impone un requisito mínimo
de industria brasileña del 90 por ciento para las compras de Petrobras.
Algo similar sucede con los próximos pasos del plan nuclear.
Mientras que los Carem serán de producción y diseño nacional, el
proyecto de Atucha III indica que se volverá a recurrir fundamentalmente
a la tecnología importada, en lugar de desarrollar y fortalecer la
ciencia y tecnología nacional.
Otro camino para diversificar nuestra matriz es la mayor utilización
del carbón mineral. En este sentido, actualmente se está construyendo
en Río Turbio una central térmica a base a carbón, y la Secretaría de
Energía de la Nación proyecta alcanzar el 13 por ciento de la generación
eléctrica en 2025. Sin embargo, nuestro país no debe profundizar la
opción de quema de carbón para generar electricidad por ser altamente
contaminante para el medio ambiente.
Argentina debe profundizar las políticas tendientes a avanzar en la
diversificación de la matriz energética. Sobre todo teniendo en cuenta
que las grandes centrales térmicas construidas en Timbúes y Campana
aumentaron la dependencia a los hidrocarburos.
* Economista.
0 comentarios :
Publicar un comentario