Casi 500 trabajadores recuperaron sus fuentes de trabajo, luego que los propietarios abandonaran la fábrica de componentes eléctricos para automóviles y la sumergieran en una crisis.
“De a poco se van consiguiendo nuevos objetivos”, valoran los trabajadores.
“Es una cooperativa ya todo legal. Estamos con los trabajadores y, de a poco, se van consiguiendo nuevos objetivos. Estamos mejorando. Se siguen haciendo los productos que nosotros teníamos”, explicó a El1 Digital Esteban Casablanca, secretario de la fábrica Indiel, ex Prestolite.
La empresa había entrado en crisis a mediados del año pasado, luego que los propietarios la vaciaran. En total, a fuerza de toma y autogestión, los trabajadores pudieron recuperar 500 fuentes de trabajo distribuidas en dos plantas: Lomas del Mirador, en La Matanza, y San Luis.
“Fueron muchos años de desinversión. Ahora, se mantiene la misma clientela que antes y a medida que nosotros cumplimos, la producción va creciendo paulatinamente”, valoró Casablanca.
“Es una cooperativa ya todo legal. Estamos con los trabajadores y, de a poco, se van consiguiendo nuevos objetivos. Estamos mejorando. Se siguen haciendo los productos que nosotros teníamos”, explicó a El1 Digital Esteban Casablanca, secretario de la fábrica Indiel, ex Prestolite.
La empresa había entrado en crisis a mediados del año pasado, luego que los propietarios la vaciaran. En total, a fuerza de toma y autogestión, los trabajadores pudieron recuperar 500 fuentes de trabajo distribuidas en dos plantas: Lomas del Mirador, en La Matanza, y San Luis.
“Fueron muchos años de desinversión. Ahora, se mantiene la misma clientela que antes y a medida que nosotros cumplimos, la producción va creciendo paulatinamente”, valoró Casablanca.
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