Otra lluvia fuerte y una nueva inundación en la Ciudad de Buenos Aires. Un clásico. Pasan los Jefes de Gobierno y los problemas que causa el agua no se solucionan. La Capital Federal está asentada sobre unazona inundable. Esto es tan cierto como la ineficacia para enfrentar un problema recurrente.
Desde el PRO se quejarán por la falta de avales del gobierno nacional para créditos “esenciales”. Aun con fundamento, suena a excusa reiterada y de ocasión. Mauricio Macri –quien tuvo que adelantar su regreso desde Brasil– gobierna el distrito más rico del país desde hace seis años.
Hasta el mediodía del martes el saldo de víctimas fatales ascendía a seis. Un número que reemplaza vidas,historias, familias. Los daños materiales son difíciles de calcular. El agua hace estragos en casas, negocios y automóviles. La pregunta recurrente es: ¿por qué se inunda Buenos Aires? Y la complementaria es: ¿por qué nadie puede evitarlo?
-La Ciudad perdió gran cantidad de espacios verdes en las últimas décadas. El crecimiento inmobiliariofue exponencial y sin controles ambientales serios. Edificios y torres cambiaron el panorama urbano ycomplican el normal escurrimiento del agua cuando las lluvias escapan a los parámetros normales.
-Y este es el otro tema, el cambio climático y la llamada tropicalización. Caen lluvias torrenciales en poco tiempo. La ciudad no resiste. Cuando llueven más de 30 milímetros en una hora comienzan los problemas. El martes pasado cayeron 137 milímetros en dos horas. Es decir unos 140 litros de agua por cada metro cuadrado.
-Faltan obras hidráulicas sobre los arroyos Maldonado, Vega y Medrano. Se avanzó con el entubamiento del Maldonado pero falta un aliviador en el Vega. También está previsto un aliviador en el arroyo Medrano cuya traza se comparte con el partido de Tres de Febrero (Pcia Buenos Aires). Por eso las lluvias hacen estragos importantes en Nuñez, Belgrano y Saavedra, entre otros barrios.
-Los drenajes pluviales de la CABA, construidos entre 1930 y 1940, son obsoletos. Hay que modernizarlos yampliar su capacidad. La basura acumulada en las calles complica más el drenaje. Estas obras no implican gran inversión y tampoco mejorar la limpieza.
-Hay que sumar las denuncias sobre ineficacia administrativa que no sólo esgrimen los opositores al macrismo. El periodista Ismael Bermúdez, citando un trabajo realizado por la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública, reveló que el Programa de Prevención de Riesgo para Inundaciones no se cumplió de manera eficaz: a septiembre de 2012 sólo estaba ejecutado el 43,5 por ciento cuando, según las estimaciones de ASAP, para esa fecha debía estar ejecutado el 75 por ciento. En elgobierno porteño se defienden y dicen que nadie invirtió tanto en obra pública como Mauricio Macri.
Costará explicárselo a los vecinos inundados. Algo está claro: maldecir a la lluvia no alcanza para detener el agua.
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