Osvaldo Bayer pasó por Mar del Plata el fin de semana y fue distinguido en la UNMdP por medio centenar de organizaciones. Allí, aseguró que “el Gobierno y los medios deben favorecer la creación de cooperativas de periodismo”
Osvaldo Bayer habla como escribe. Da pinceladas de historia con palabras que narran crónicas periodísticas y experiencias de vida. El escritor fue aplaudido de pie el último sábado en Mar del Plata por una gran cantidad de estudiantes, militantes y referentes de agrupaciones sociales, políticas e instituciones abocadas a distintas temáticas. Fue distinguido en el Aula Magna del Complejo Universitario y tras el merecido reconocimiento, brindó una magistral conferencia en la que atendió encrucijadas del pasado de nuestro país, reflexionó sobre el presente por el que atraviesa el Estado nacional y analizó el contenido social de la Argentina que se viene.
Invitado por el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci), el reconocido historiador, periodista e investigador captó la atención de una multitud de personas en la ciudad en el marco del “III Encuentro Latinoamericano de Trabajo Social” que luego se continuó en el aula “Coca Maggi” de la Universidad Nacional de Mar del Plata.
Bayer asegura ser un eterno defensor de las cooperativas de periodismo. A su entender, el Estado nacional y los propios medios “deben favorecer la creación de cooperativas periodísticas”. Si bien reconoce que la Ley de Medios Audiovisuales “ha sido un gran paso” en ese sentido, advierte que “aún falta muchísimo” y que “no alcanza solo con sacar a relucir el poder de las empresas periodísticas actuales”.
El autor de “Los vengadores de la Patagonia trágica” y coguionista de “La Patagonia rebelde” admite que soñó toda su vida con que los medios de comunicación sean de dominio público y dejen de pertenecer a empresas privadas o grupos familiares.
“Si no es así, eso no es democracia”, asegura y señala la necesidad de que se “democraticen las bases de la información” para que todos los actores de la sociedad tengan “el poder de informarse y de aparecer informados sobre sus deseos, sus intereses y sus problemas”.
Así, Bayer destacó que “democracia es cuando en los medios está representado todo el margen de las organizaciones públicas, la asociaciones que defienden a los jubilados, las agrupaciones que defienden a la mujer, los derechos del niño, las asambleas barriales, los pueblos originarios… tienen que tener toda la información de la sociedad”.
Por otro lado, en el marco de su incansable lucha por la defensa de los derechos de los pueblos originarios, el historiador aprovechó el espacio que la universidad de Mar del Plata le dio para tildar de “genocidas” a quienes de una u otra manera fueron testigos y cómplices de la denominada Campaña al Desierto, aunque también advirtió que actualmente “se le siguen quitando tierras” a los grupos aborígenes de nuestro país.
Bayer está convencido de que la Argentina del presente ha promovido “grandes e importantes cambios” en dirección a “un cambio necesario”, pero no desmiente que aún reste un largo camino por recorrer.
Al momento de ser distinguido por más de medio centenar de agrupaciones, instituciones y organizaciones de la ciudad, el periodista recordó de inmediato a Rodolfo Walsh, Francisco “Paco” Urondo y Haroldo Conti, y lamentó que no estén con vida para “recibir el reconocimiento y el cariño de tantos sectores de la juventud”.
En su alocución, Bayer se remitió a algunos pasajes de sus libros, recordó anécdotas de trabajo con reconocidos profesionales de la palabra y trasmitió un mensaje esperanzador entre los jóvenes y adultos que colmaron el Aula Magna.
La mirada del historiador, a sus 85 años, no resulta tan diferente a la de sus años de juventud. Sí tal vez su opinión fue enriqueciéndose por el paso del tiempo y las distintas realidades sociales, políticas y económicas que atravesó el país durante los últimos tiempos, pero sus convicciones, ideales y banderas permanecen intactas y superaron con éxito la barrera generacional, a pesar de todo.
Osvaldo Bayer lamenta la proliferación que han tenido las villas y la baja calidad de vida que persiste entre distintos sectores de la sociedad actual. Tilda de “irrespetuosos de la democracia” y de “ridículos” a quienes protagonizaron días a tras los cacerolazos ante las nuevas directivas del Gobierno nacional para la compraventa de moneda extranjera y entonces, con la mirada en alto, dispara: “Mientras haya villa miseria y niños con hambre no vamos a tener una verdadera democracia. Vivir así no es vivir en democracia”.
0 comentarios :
Publicar un comentario