Hay una voluntad muy firme por parte de
los gobiernos de Europa y del Banco Central Europeo de recomponer la
confianza en los bancos con un salvataje.
El problema es que no van al fondo de la
cuestión, porque si bien les dan liquidez, o los capitalizan, los
bancos siguen teniendo un enorme endeudamiento en activos con problemas,
es decir, quienes les deben a los bancos no pueden pagar.
Entre los deudores encontramos de todo: deudas de gente común, deudas de créditos hipotecarios, o bonos de países altamente endeudados.
Entre los deudores encontramos de todo: deudas de gente común, deudas de créditos hipotecarios, o bonos de países altamente endeudados.
El presidente de la Comisión Europea
habla de recapitalizar a los bancos, y sacarlos de esa situación de
activos tóxicos que puedan tener. El termino tóxicos se refiere a que
están intoxicados de deuda de baja calidad.
Lo que sucede es que el 17 de octubre,
los líderes de la Unión Europea tienen una reunión y necesitan tener un
panorama un poquito menos caótico. Es por eso que presentando un plan
para salvar a los bancos intentan cambiar la imagen de la región, al
menos por unas semanas. Porque, para sumar problemas, el Banco Dexia,
que es un banco franco-belga relativamente importante, tenedor de bonos
griegos, entró en crisis y tuvieron que auxiliarlo.
Una vez más todos los esfuerzos se
centran en salvar a los bancos, lo cual exigirá utilizar fondos
públicos, en el marco de la aplicación de políticas de ajuste, que se
vienen fortaleciendo o profundizando en toda la región. Parece una
locura querer salvar a los bancos sin ocuparse de la gente, es decir,
querer resolver la crisis ajustando la economía, no hacen otra cosa que
agravarla. Creer que todo se puede resolver con medidas de este tipo,
parece suicida.
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