“Quieren destituir a la presidenta”. La denuncia la hizo el dirigente kirchnerista Luis D'Elía. Para sostener semejante afirmación se basó en la extraña metáfora lanzada por Mauricio Macri sobre la existencia de un“círculo rojo” que propicia el fin del gobierno. Con esa denominación de reminiscencias marxistas (¡Vade retro Satanás!) hizo referencia a quienes le pedían que se uniera con Sergio Massa y Daniel Scioli para“frenar” al kirchnerismo.
Por Reynaldo Sietecase
D'Elía hasta le puso fecha al golpe: el próximo 8 de noviembre e involucró en la asonada al CEO de Clarín,Héctor Magnetto; el titular del Grupo Techint, Paolo Rocca; al banquero Jorge Brito; al ex presidente Eduardo Duhalde; al dirigente radical Enrique "Coti" Nosiglia; y al gremialista Luis Barrionuevo.
La operación –según explicó en su cuenta de Twitter– incluiría ganar la presidencia de ambas cámaras legislativas y propiciar luego la destitución de Cristina Kirchner por “loca” y “chorra”.
En la misma semana, el periodista Horacio Verbitsky señaló en un reportaje con la revista Noticias: “A Clarín le gustaría un golpe”. También destacó, en esa nota, que el diputado Jorge Yoma, del peronismo opositor, advirtió que “si Cristina no cambia se tiene que ir”.
Los periodistas más destacados del Grupo Clarín salieron al cruce de estas afirmaciones. Nelson Castro yJorge Lanata editorializaron diciendo que no es la primera vez que el gobierno se victimiza. “En diez años denunciaron veinte amenazas de golpe de Estado”, dijo Lanata y Castro aseguró que “el único que la quiso hacer renunciar fue su marido” en relación al momento posterior a la derrota del oficialismo en la votación por la 125. Uno días antes, el médico dió a entender que la Presidenta tenía una enfermedad psiquiátricavinculada al poder. Fernández Díaz, columnista estrella de La Nación, fue más lejos, sin citar ninguna fuente dijo: “en el peronismo hay miedo de un autogolpe”.
Más allá de las afirmaciones temerarias de un lado y de otro, hay dos preguntas pertinentes: ¿Hay posibilidad de un golpe? ¿Quiénes se beneficiarían con la salida anticipada del gobierno?
La primera respuesta es sencilla: no, no hay ninguna posibilidad de un golpe tradicional. Los militares, en casi toda América latina, y en Argentina en especial, dejaron de ser un factor de desestabilización. La ordalía de sus crímenes, el desastre económico y social en el que sumieron al país, los cargaron de descrédito. Con todo, en Paraguay y en Honduras destituyeron a presidentes legalmente designados.
Aclarado esto, hay que señalar que un proceso de desestabilización si bien es improbable no es imposible.
El presidente Raúl Alfonsín tuvo que anticipar su salida del poder después de un golpe económico y después de una ola de saqueos en 1989. Otro radical, Fernando De la Rúa, también tuvo que dejar la Casa Rosada en 2001 en medio de violencia social y el caos en las calles. En ambos episodios sectores delperonismo tuvieron una activa participación. Los principales beneficiados de esas debacles fueron losgrupos económicos más concentrados. Los ciudadanos fueron los grandes perdedores. No sólo hubomuertos por la represión, también devaluaciones y confiscación de ahorros.
Entonces ¿Puede haber un golpe en Argentina? Hasta ahora no hay ningún indicio informativo serio que sostenga esa hipótesis. Y también es cierto que el gobierno nacional agitó en varias oportunidades esefantasma en medio de batallas políticas.
Pero sería de una tremenda ingenuidad no considerar que en el país existe un sector que se beneficia con el caos. Grupos que ante la afectación de sus intereses económicos no dudarían en auspiciar una movida desestabilizadora. Para estos grupos la democracia sólo sirve si les sirve. Ya ocurrió. Sobre ese capítulo negro de la historia argentina, la sociedad todavía no logró decir “nunca más”.
La operación –según explicó en su cuenta de Twitter– incluiría ganar la presidencia de ambas cámaras legislativas y propiciar luego la destitución de Cristina Kirchner por “loca” y “chorra”.
En la misma semana, el periodista Horacio Verbitsky señaló en un reportaje con la revista Noticias: “A Clarín le gustaría un golpe”. También destacó, en esa nota, que el diputado Jorge Yoma, del peronismo opositor, advirtió que “si Cristina no cambia se tiene que ir”.
Los periodistas más destacados del Grupo Clarín salieron al cruce de estas afirmaciones. Nelson Castro yJorge Lanata editorializaron diciendo que no es la primera vez que el gobierno se victimiza. “En diez años denunciaron veinte amenazas de golpe de Estado”, dijo Lanata y Castro aseguró que “el único que la quiso hacer renunciar fue su marido” en relación al momento posterior a la derrota del oficialismo en la votación por la 125. Uno días antes, el médico dió a entender que la Presidenta tenía una enfermedad psiquiátricavinculada al poder. Fernández Díaz, columnista estrella de La Nación, fue más lejos, sin citar ninguna fuente dijo: “en el peronismo hay miedo de un autogolpe”.
Más allá de las afirmaciones temerarias de un lado y de otro, hay dos preguntas pertinentes: ¿Hay posibilidad de un golpe? ¿Quiénes se beneficiarían con la salida anticipada del gobierno?
La primera respuesta es sencilla: no, no hay ninguna posibilidad de un golpe tradicional. Los militares, en casi toda América latina, y en Argentina en especial, dejaron de ser un factor de desestabilización. La ordalía de sus crímenes, el desastre económico y social en el que sumieron al país, los cargaron de descrédito. Con todo, en Paraguay y en Honduras destituyeron a presidentes legalmente designados.
Aclarado esto, hay que señalar que un proceso de desestabilización si bien es improbable no es imposible.
El presidente Raúl Alfonsín tuvo que anticipar su salida del poder después de un golpe económico y después de una ola de saqueos en 1989. Otro radical, Fernando De la Rúa, también tuvo que dejar la Casa Rosada en 2001 en medio de violencia social y el caos en las calles. En ambos episodios sectores delperonismo tuvieron una activa participación. Los principales beneficiados de esas debacles fueron losgrupos económicos más concentrados. Los ciudadanos fueron los grandes perdedores. No sólo hubomuertos por la represión, también devaluaciones y confiscación de ahorros.
Entonces ¿Puede haber un golpe en Argentina? Hasta ahora no hay ningún indicio informativo serio que sostenga esa hipótesis. Y también es cierto que el gobierno nacional agitó en varias oportunidades esefantasma en medio de batallas políticas.
Pero sería de una tremenda ingenuidad no considerar que en el país existe un sector que se beneficia con el caos. Grupos que ante la afectación de sus intereses económicos no dudarían en auspiciar una movida desestabilizadora. Para estos grupos la democracia sólo sirve si les sirve. Ya ocurrió. Sobre ese capítulo negro de la historia argentina, la sociedad todavía no logró decir “nunca más”.
Creo que mas golpe de lo que da este gobierno no hay!!!!
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