Por Reynaldo Sietecase
En la última cumbre de líderes sudamericanos, el presidente de
Venezuela, Hugo Chávez, anunció que en enero de 2012 se realizará una
cumbre de mandatarios y ex mandatarios que, como él, enfrentaron y
vencieron al cáncer.
“Esa cumbre se va a hacer comenzado el 2012,
después de que Lula termine la quimioterapia”, dijo Chávez en un
contacto telefónico con la televisora estatal de su país. Hasta sus más
acérrimos enemigos le reconocen a Chávez el sentido del humor que exhibe
cada vez que puede.
El venezolano se sometió a un proceso de
quimioterapia por un cáncer en la zona pélvica y no deja de hablar de un
tema, hasta hace poco, considerado tabú. La propuesta de cumbre fue
dicha, en tono de broma, a pocos días de que se le detectara al ex
presidente de Brasil, Luiz Lula da Silva un cáncer de laringe.
La
afirmación en sí, es una señal de esperanza. Por un lado implica que se
puede y se debe enfrentar a la enfermedad sin perder la alegría y, por
el otro, que se puede ejercer funciones de gobierno en medio de esa
pelea.
Los presidentes de Brasil y Paraguay, Dilma Ruseff y Fernando
Lugo, son claros ejemplos de ello. Chávez anunció: “No habrá cáncer ni
fuerza que nos detenga”. La presidenta argentina también se permitió
bromear: voy a disputarles la presidencia pro-témpore a todos”. Antes
agradeció el apoyo de sus colegas de la región, desde el venezolano a
Sebastián Piñera. También dijo: “quiero perdirles que ayuda, no para mí,
para el país”. Fue una señal.
Cristina Fernández de Kirchner será intervenida el próximo 4 de enero
por un equipo dirigido por el doctor Pedro Saco a raíz de un carcinoma
papilar en la tiroides. Según la información brindada por el gobierno,
no existe metástasis y “no hay compromiso de los ganglios”. La mayoría
de los especialistas coincidieron en que se trata de una de las
variantes menos malignas de la enfermedad y con altas posibilidades de
recuperación a partir de la cirugía sin necesidad de quimioterapia.
Es
buen romance: lo menos malo dentro de lo malo. La información amplia y
precisa sobre la enfermedad, la confirmación de una intervención
programada y la presencia de la presidenta en distintos actos el día
posterior al anuncio, contribuyeron a llevar tranquilidad ante la
conmoción inicial que generó la noticia.
Cristina Kirchner se tomará veinte días de licencia por enfermedad,
lapso en el cual ejercerá la presidencia Amado Boudou. Esto también es
alentador. Si esta desgraciada circunstancia hubiese ocurrido hace
algunos meses, la incertidumbre hubiese sido grande. Julio Cobos fue
durante varios años vicepresidente y opositor al mismo tiempo. “La
biología nos enseña derecho constitucional”, dijo con ironía. Boudou, en
cambio, goza de la total confianza de la presidenta.
Ella misma lo
eligió para que la acompañe en la fórmula presidencial y es el
arquitecto de la última fase de lo que la mandataria califica como “el
modelo”. Con todo lo chicaneó: “guarda con lo que hacés”.
Al anunciarle a sus ministros que debían suspender sus vacaciones, se
permitió criticar a Mauricio Macri sin citarlo: “Yo descanso en mi casa
y no en Italia, como algunos suertudos”. Le pidió también que asuma la
administración de los subterráneos.
Las primeras reacciones de la oposición política fueron inmediatas.
No se escatimaron mensajes de apoyo y solidaridad. Lo mismo ocurrió con
miles de ciudadanos que eligieron las redes sociales y los medios de
comunicación para expresarse.
La presidenta conserva una alta
consideración popular (un 65 por ciento de imagen positiva) y desde esa
plataforma se dispone a enfrentar algunos desafíos trascendentes para su
gobierno en el 2012. La relación con la CGT y las corporaciones
empresarias, la lucha contra la inflación y las consecuencias de la
crisis internacional, están entre los más destacados.
Desde el frente gremial provienen retos explícitos. Cuando todo
indicaba que la confrontación quedaría congelada hasta después del
verano. Se tradujeron en hechos las advertencias lanzadas en el club
Huracán en el acto de camioneros.
El gremio de empleados de la AFIP,
alineado con el titular de la CGT, lanzó un paro de cuatro días por el
cambio de horario de atención al público. Más allá de la decisión
inconsulta del titular del organismo con los horarios, la dimensión de
la medida expresa otras cuestiones. “¿Si hubiese despidos qué harían?
¿Tomar rehenes?”, se preguntó un funcionario nacional. Finalmente se
dictó la conciliación obligatoria.
Por su parte, Pablo Moyano,
secretario adjunto del gremio de Camioneros, lanzó una movilización a la
Cámara Empresaria del sector en reclamo de un bono extra de 2500 pesos
que, según dicen los referentes del transporte, sólo las grandes
empresas podrían dar. La idea es ganar la calle. Una demostración de
fuerza con viarios destinatarios.
El senador Aníbal Fernández habló de puja de poder detrás de los
últimos reclamos sindicales.
El secretario general de los Judiciales,
Julio Piumato, lo tildó de “gorila”. Una antigualla que revela el grado
de tensión existente entre los antiguos “socios estratégicos”. Dónde
está el “verdadero” peronismo será uno de los argumentos más utilizados
en la confrontación que se desarrolla adentro del PJ.
En medio de la conmoción por el estado de salud de la mandataria, se
conoció la noticia de la compra de inmuebles en Puerto Madero, a nombre
de una empresa de la familia Kirchner. Justo un día antes el filósofo
José Pablo Feinmann, quien suele ponderar las políticas del gobierno,
habló en una entrevista con La Nación sobre el abultado patrimonio
presidencial.
La oposición utilizó sus dichos y los kirchneristas se
enojaron. Feinmann fue el protagonista de una polémica tan irritante
como necesaria. Algo está claro: negocios personales y gestión pública
son contradictorios.
En tanto, la presidenta deberá pasar por un trance que iguala a todos
los mortales. Según las convicciones personales deberá poner la
confianza en los médicos, en Dios o en los dos al mismo tiempo. Ni el
ajetreo de la política ni los desafíos de la economía, pueden ser más
importantes que su salud. Los argentinos de buena fe, hacen votos por su
pronta recuperación.
Nota publicada en Diario Z, edición 29.12.11
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